domingo, 23 de junio de 2013

La educación de niñas indias

La educación de niñas indias

Para consolidar y perpetuar el futuro inicial de la conversión de los indios y hacer arraigar de verdad el cristianismo en el país, imprescindible era el cristianizar su familia, última célula de la sociedad humana. Y desde luego el propósito tenía que contar mucho con la colaboración de la mujer, sin cuya formación digna y debida, todo esfuerzo a tal efecto quedaría muy inseguro de éxito. De aquí la importancia indiscutible de la educación de mujeres indias, en particular, de niñas, madres de futuras generaciones. De ella estaban desde un principio eran en realidad muy conscientes los religiosos, e intentaron hacer cuanto les fue posible para atenderla.
Lo que con tal propósito se hizo en los primeros años de la evangelización fue la enseñanza de la doctrina en el patio de la iglesia. En ocasión anterior hemos visto cómo "cada día en amaneciendo se juntan en los patios de las iglesias, las niñas hijas de maceguales y principales". A diferencia del caso de niños varones, "las niñas todas, así hijas de mayores corno de menores, indiferentemente se enseñan en la doctrina cristiana por sus corrillos, repartidas por su orden".366 El mismo cronista prosigue su descripción, diciendo que las niñas tenían por maestras ayudantes a unas viejas que sabían "otras oraciones de coro y maneras de rezar en sus cuentas", También las muchachas mayores se hacían cargo de enseñar a sus compañeras menores. Las educandas seguían esta instrucción de la doctrina en los patios hasta que se casaban.367 Todo esto recuerda la educación femenina prehispánica atendida por las cuacuacuiltin e ichpochtiachcauhtin que hemos descrito en capítulo anterior.

Durante los primeros años, los religiosos tuvieron que conformarse con este tipo de educación femenina, ciertamente muy deficiente para lograr su objetivo final, dejando el resto al cuidado de las madres en el hogar para que "las muchachas tengan compañía a sus madres y aprendan los oficios mujeriles con que han de servir a sus maridos". Mayor intervención en el asunto de parte de los religiosos era por de pronto imposible tanto por falta de religiosas cuanto por la costumbre indígena de que las niñas de macehualtin se ocupaban desde muy pequeñas en ayudar a sus madres en faenas domésticas y que las de caciques se educaban encerradas en casa bajo una estricta vigilancia de sus padres.
Ni el dominio político español era aún lo suficientemente fuerte para facilitar mayor penetración del cristianismo en el seno de la familia indígena. Sin embargo, ya en 1529 l educación femenina entraba en una fase más avanzada, contando con una casa de recogimiento y doctrina para niñas y mujeres mayores, descrita por Zumárraga el 27 de agosto.

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